Club de lectura: “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero

A raíz de hablar en las sesiones de TOR del día de la mujer y de las mujeres científicas, Pilar nos lanzó esta propuesta. Ella recordaba haber leído esta novela hace años y haberla disfrutado enormemente.

El personaje central de la historia es Marie Curie, científica polaca que fue capaz de ganar dos premios Nobel, uno de Física en 1903, junto con su marido, Pierre Curie, y otro de Química en 1911, en solitario.

Hoy hemos dado comienzo a la actividad con un fragmento del capítulo titulado “El arte de fingir dolor”. En él, además de introducirnos en la vida de Marie Curie, nos habla de la muerte, un tema todavía tabú en nuestros días.

“Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis muertos, y con ello me refiero a la muerte de mis seres queridos. ¿Te parece, lúgubre, quizá incluso morboso? Yo no lo veo así, antes al contrario: me resulta algo tan lógico, tan natural, tan cierto. Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina. Cuando un niño nace o una persona muere, el presente se parte por la mitad y te deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero: monumental, ardiente e impasible.”

  • M.G.: El cuerpo quiere vivir pero el alma quiere liberarse.
  • I.V.: Yo no tengo miedo a la muerte como hecho en sí, me da tranquilidad. Pero sí tengo miedo a que ocurra con dolor.
  • P.M.: Creo que estamos condicionados por las ideas que nos han inculcado sobre que en el momento de la muerte habrá un juicio en el que se nos pedirá cuentas sobre lo que hemos hecho con nuestra vida.

“La magnitud profesional de Madame Curie fue una absoluta rareza en una época en la que a las mujeres no les estaba permitido casi nada. De hecho, hoy siguen siendo relativamente escasas las científicas, y desde luego todavía se les escatiman los galardones. Desde el comienzo de los Nobel hasta el año 2011 se han llevado el premio 786 hombres por sólo 44 mujeres, y además la inmensa mayoría de ellas fueron de la Paz y de Literatura.”

“Marie Curie no fue sólo la primera mujer en recibir un premio Nobel y la única en recibir dos, sino también la primera en licenciarse en Ciencias en la Sorbona, la primera en doctorarse en Ciencias en Francia, la primera en tener una cátedra… Fue la primera en tantos frentes que resulta imposible enumerarlos. Una pionera absoluta. Un ser distinto. También fue la primera mujer en ser enterrada por sus propios méritos en el Panteón de Hombres Ilustres de París. Trasladaron sus restos ahí el 26 de abril de 1995 con gran pompa y boato y el discurso del presidente Mitterrand, para entonces ya muy enfermo, enfatizó “la lucha ejemplar de una mujer” en una sociedad en la que “las funciones intelectuales y las responsabilidades públicas estaban reservadas a los hombres”. Estaban, dijo. Como si esas desigualdades ya hubieran sido superadas por completo en el mundo contemporáneo. Pero Marie Curie sigue siendo la única mujer enterrada en el Panteón; y el Panteón aun se denomina, faltaría más, de Hombres Ilustres. ¿Cómo conquistó esa polaca sin apoyos ni dinero todo eso, tan temprano, tan sola, tan a contrapelo? Fue una mujer nueva. Una guerrera. […]”

  • P. M.: hizo lo que hizo porque consideraba que era lo que tenía que hacer, sin escuchar las pretensiones del entorno. Vivía de acuerdo a como ella sentía. Creo que pocas personas pueden decir eso.
  • Creo que el mérito más allá de los Premios Nobel, está en lo luchadora que fue, en ser capaz de nadar a contra corriente y más en aquella época.

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