- Háblanos un poco de ti, ¿cuánto tiempo llevas en la residencia? ¿por qué decidiste venir?
Demasiado… año y medio…
Me trajeron mis hijas, no me preguntaron. Vine por mi mujer, pensando que mi ayuda, el contacto, le iba a ayudar en algo. El resultado ha sido totalmente negativo, es una pena, porque quieres ayudar y estás hablando con una persona que su cabeza no la tiene aquí.
- ¿Dónde vivías antes de venir? ¿Siempre has vivido en el mismo sitio?
En el paraíso terrenal, en el sol… En Alicante una ciudad provinciana, llena de alicantinos, gente extraña, costumbres diferentes… pero había sol.
Yo he vivido, primero, en Béjar de pequeño, Hervás en la guerra, que mi padre tenía una fábrica de tejidos, en Salamanca, en Barcelona, después a Madrid. Después estuve en Córdoba trabajando en el oleoducto, también he vivido en París…
Por trabajo he viajado mucho, demasiado.
- En esta etapa de la vida, la última, haciendo balance, ¿qué sabor te queda? ¿Es lo que habías planificado? ¿Qué o quién o por qué te impidió realizar tus planes?
Amargura. Pon el telediario a primera hora de la mañana: la carretera está llena de coches, grandes retenciones. Estamos en el siglo XXI, y cualquier persona que trabaje hoy en día, pasa una media de dos o tres meses de su vida metido en atascos, ¿eso es civilización?
Respecto a la segunda pregunta, he vivido a veces cómo quería, me explico: la juventud es un campo abierto, pero se da una dicotomía entre lo que quieres y lo que realmente puedes hacer, según pasan los años, es lo mismo, igual tienes tiempo o puedes hacer más cosas, pero luego es el cuerpo el que no responde.
Lo que me ha impedido llevar a cabo mis planes en ocasiones ha sido la moral, o lazos inexistentes que te obligan a seguir una actitud que de buena gana, a lo mejor no lo hubieras hecho. Lazos inexistentes, pero que efectivamente, existen.
- De lo vivido, ¿qué destacas como positivo?
Me miro al espejo y no me veo malo, pero tampoco bueno. Podía haber sido mejor y peor. No he sido avaricioso pero mi defecto es haber sido generoso; he tratado muy bien a mucha gente y luego me he encontrado con lo que es el género humano
- ¿Crees que esta última etapa de tu vida es importante? ¿Por qué?
No, aquí he perdido año y medio. No he podido auxiliar a mi esposa, que ella sí lo hubiera hecho, porque las mujeres son bastante más generosas que los hombres.
Es una pérdida de tiempo, una monotonía diaria… continuar día tras día…
- Desde la realidad de cómo estás, de tus capacidades actuales, ¿qué te gustaría hacer, qué intereses tienes? ¿Los pones en práctica? ¿Por qué? ¿Qué te lo impide?
Me gustaría volar como un pájaro, no tener apetencias humanas ya. Soñar cuando tienes cerca de 90 años es una tontería. Tienes que habituarte a lo que la vida te ofrece.
¿Intereses? Tengo cuatro hijas, me he esforzado en que tuvieran una buena educación, que no aguantaran a ningún hombre, y que supieran abrirse camino con lo que llevan en la cabeza; el dinero es despreciable, porque igual que viene va; la bondad del corazón, es lo verdaderamente importante.
- ¿Cómo vives la muerte?
Como una esperanza. Una puerta que queda por abrir. Han muerto millones de personas y ninguna ha vuelto. Cualquier elucubración que hagamos sobre la otra vida es en vano.
- ¿Sigues alguna rutina para cuidarte?
He perdido gusto, no sé diferenciar lo que es una cosa buena de la mala.
Vivo en la redundancia, me veo encerrado entre cuatro paredes de hormigón, y lo que a mí me gustaría es que hubiera un cielo abierto.
He encontrado 2 ó 3 amigos en mi vida anterior, y eso es lo que me ha impulsado para seguir viviendo.
- ¿Qué consejos darías sobre la vida a un chico de 20 años?
Que se equivoque. Aprendes más al equivocarte que al acertar
10. ¿Qué es para ti lo realmente importante en la vida?
El mantener la palabra. El ir con la cabeza alta, no dejarse ni sobornar, ni engatusar, ni engañar. El conocer a las personas
11. ¿Algo que te haya preocupado siempre pero que hoy te rías?
Ninguna cosa
12. ¿En este punto de tu vida a qué tienes miedo?
A nada
13. Completa las siguientes frases:
- Me siento feliz cuando: la mente, que está siempre trabajando, consigo que no funcione
- Me siento importante cuando: un niño pequeño, te agradece algo, porque eso es la inocencia pura
- lo mejor de ser tú: el mantener el tipo
- un deseo: ninguno
- algo que hayas conseguido recientemente: dije ya hace rato, que esto es una desolación, año y medio de clausura
- una frase que no te hayan dicho y que te gustaría que te dijeran: depende de la edad. Hoy en día ninguna.