Sí, sí, aventura, ¿por qué no?
Los años nos suelen aportar dificultades físicas, intelectuales, de pérdida de personas queridas, de… ¿Pero qué pasa con nuestros sentimientos, ilusiones, emociones, intereses…? ¿Qué los apaga o limita? ¿Realmente son los años o son otros motivos? ¿Cuáles anotarías tú?
Hace años leí: “envejeces el día que pierdes el brillo en la mirada, cuando crees que ya lo tienes todo hecho y no esperas que nada nuevo llegue a tu vida”
A través de esta sección te propongo formar un “grupo de viaje y aventura”, para explorar y compartir las dificultades, vivencias y alegrías de esta nueva etapa de la vida. Por supuesto, este espacio está abierto a recoger tus aportaciones.
Y para acallar ese desánimo que imagino como ¿para viajes y aventuras estoy yo? te recuerdo que para Marcel Proust, “el verdadero viaje de descubrimiento no está en encontrar nuevos parajes, sino en mirar con nuevos ojos”. Y eso lo podemos hacer estando en una residencia, o/y en una silla de ruedas, o/y con enfermedades, o/y…. Sólo necesitamos reconocer que somos mayores, que tenemos limitaciones, que tenemos miedo. Sí, miedo, miedo a abandonar lo conocido. Nuestra actual situación de dependencia es novedosa, nunca la habíamos vivido y posiblemente tampoco imaginado, y nos sentimos perdidos.
Yo te propongo sacudirnos el miedo, el desánimo, la desmotivación, combatiéndolos con un arma poderosa: el espíritu de aventura; observando todo lo que nos rodea con nuevos ojos, con una actitud nueva, que ha dejado atrás todo lo vivido y se abre al descubrimiento día a día de la nueva realidad, donde sólo hay presente y asombro ante lo desconocido que existe más allá de las expectativas y deseos.