En el “Club de Lectura” se propuso comparar la forma de vivir del niño con la del adulto. El texto siguiente fue mi aportación:
El niño sano nace como proyecto de hombre, es similar a cualquier ser vivo (árbol, flor, etc.) Nace con alegría innata, con actitud de conocimiento y descubrimiento; no piensa, vive en el instante presente. Reclama lo que le resulta grato; al principio llorando y según va aprendiendo, con mañas, besos, sonrisas, palabras que ha aprendido que gustan y ayudan a conseguir lo que quiere. Explora su entorno sin miedo, no lo conoce y va aprendiendo mediante lo que yo llamo método de ensayo-error. No tiene límites. No se aburre, está en el aquí y el ahora viviendo ese momento, único e irrepetible (no sabe de rutinas).
Según va creciendo, le van enseñando los límites, “no se toca”, “no se hace” con buenas palabras o con castigos e incluso violencia física y emocional (no te quiero…) Aprende a manejar a los otros para conseguir sus fines. Va perdiendo la curiosidad por todo para concentrarla en lo que le gusta, defender lo suyo, atesorar, no compartir: mi coche, mi casa, mi padre, mi hijo, mi mujer, mi, mi, mi y mantener e incrementar lo que tiene conlleva utilizar a otras personas, pretender que hagan lo que queremos.
En resumen, llegamos al adulto que uno de sus objetivos principales es tener y poseer. En el camino se queda la alegría genuina, el compartir con los otros, la aventura del vivir consciente e intensamente cada momento del día, etc. y adquirimos el pensamiento, y si no estamos vigilantes convertimos nuestro pensamiento en NORMA. Exigimos que la vida, las personas, todo sea como cada uno pensamos. De ahí tanta crítica al otro. Si pudiéramos los convertiríamos en robots.
Los adultos perdemos la espontaneidad, la alegría, el descubrimiento, la risa, y ganamos el pensamiento, la seguridad, la seriedad, el egoísmo (yo, yo, a mí, me…).
En referencia a este tema me recomendaron ver un corto de animación español que dura 8 minutos: ALIKE. Trata de cómo la sociedad mata la creatividad en la infancia.