Nº7: VIVIR

Elijo este tema motivada por dos personas cercanas en mi afecto. Una está instalada en verbalizar “quiero morir” y la otra no saldría de la cama. A ellas, en especial va dedicado, aunque somos muchas las personas que a lo largo de la vida, alguna vez, nos hemos planteado “para qué vivir”.

Copio “la degeneración de las células nerviosas es cosustancional a la vida y eso es muy difícil de evitar”.

Soy una defensora de la eutanasia, por lo que cuando doy opiniones de las personas que piensan o expresan su deseo de morir excluyo a aquellas que si estuviera permitida la eutanasia en España se podrían acoger a ella.

Por ello las opiniones del escrito tendrán que valorarse en función de presumir una situación de salud “normal” acorde a la edad.

Como introducción voy a transcribir frases, ideas que he ido recogiendo sobre la vida:

·        Tolstoy en Guerra y Paz: lo más difícil, pero esencial, es amar la vida. Amarla aún cuando uno sufra, porque la vida es todo. La vida es Dios y amar la vida supone amar a Dios.

·        “Vivir es descubrir nuevas cosas, aprender, ser capaz de soñar y de tener esperanza”.

·        Octavio Paz en El laberinto de la soledad”: vivir es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre.

·        “Vivir es involucrarse con lo que está pasando aquí y ahora”

 

Experiencias personales que me impulsan a vivir:

1.      Hará unos 10 años, en mi “retiro de Guardamar”, me vino a la mente la siguiente idea: una gota de agua no es nada, prescindible, no la damos ningún valor, pero gracias a millones de gotas de agua, lo suficientemente generosas para permanecer en su anonimato y unirse a una multitud de gotas de agua para formar ríos, mares… existe la vida en la Tierra.

Esta idea me permitió dejar de buscar motivos para vivir; desconozco las razones, los porqués, ahora simplemente vivo “lo que toca”, intento hacérmelo lo más agradable posible, es decir, busco y destaco lo positivo de cada situación.

2.      Cuento la siguiente experiencia vital porque entiendo que me legitima para dar mi opinión sobre las personas que no quieren vivir. No recuerdo bien cuándo sucedió, fue más o menos cuando tenía 20 años. Época difícil en mi vida; el sentimiento de soledad era tan profundo y doloroso que me plantee muy seriamente el suicidio, y sigo aquí porque en los últimos momentos por mi mente cruzó la idea que era una cobarde, que no tenía co… para afrontar las dificultades; la escuché y aquí sigo, convertida en una luchadora veterana.

No me dan pena las personas que abandonan la batalla, pienso que son egoístas, cobardes y aburridos:

–        Egoístas porque su centro de interés está concentrado en sí mismos, sin dejar espacio para el otro.

–        Cobardes porque ante el desánimo, las dificultades, se refugian en la cama, en el quiero morir…

–        Aburridos porque han desistido de vivir el presente – su situación actual-, con espíritu de aventura y actitud de descubrimiento de cada “hoy”.

Conclusión: para vivir se precisa coraje, decisión, integrarse con el entorno, con los otros, tener objetivos, creencias y sobre todo, en todas las etapas de la vida, incluida la vejez, ser coherentes y responsables del don y el privilegio de la vida.

El colofón se lo dejo a Bertolt Brecht:

“Una cosa he aprendido, y sé, al morir, que es válida para todos”   ¿Qué significan vuestros buenos sentimientos si no hacéis nada con ellos?

¿Qué será de vuestra sabiduría si no tiene ninguna consecuencia? (…)

–        Yo os digo:

o   Preocuparos cuando abandonéis este mundo, no de haber sido buenos; eso no basta.

o   ¡Hay que haber dejado un mundo bueno!

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