Hola, aquí de vuelta de este largo período vacacional (3 meses). Me he pasado un pelín, pero vuelvo con intención de ser más constante en comentar contigo, que me estás leyendo, mis reflexiones de lo que observo en mí y en mi entorno.
Sigo reivindicando la vejez, el ser una persona mayor, una ANCIANA con motivación e interés de vivir, de disfrutar, de hacer cosas con espíritu de aventura, y desterrar la rutina, la queja, porque lo importante no es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
Copio unos fragmentos del libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl:
“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino.
El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera con todo su afecto, o ante una obra inconclusa, no podrá nunca tirar su vida por la borda. Conoce el “por qué” de su existencia y podrá soportar casi cualquier “cómo”.
El ser humano no es una cosa más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a las otras; pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser –dentro de los límites de sus facultades y de su entorno- lo tiene que lograr por sí mismo.”
¿Somos conscientes de que VIVIR conlleva decidir nuestro propio camino y responsabilizarnos de recorrerlo nosotros mismos teniendo que llegar a soportar a veces, casi cualquier “como”?
Lo importante no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa y eso es RESPONSABILIDAD DE CADA UNO.