Del fragmento del libro de Rosa Montero que hemos leído hoy, nos han surgido dos grandes temas para debatir: la infancia y la intimidad, los pequeños detalles.
Del primero destacamos las siguientes frases para reflexionar:
“La infancia es un lugar al que no se puede regresar pero del que en realidad nunca se sale”
“La infancia nos forja y lo que somos hoy hunde sus raíces en el pasado”
“Crecemos como bonsáis, torturados y podados y empequeñecidos por las circunstancias, las convenciones, los prejuicios culturales, los imperativos sociales, los traumas infantiles y las expectativas familiares”
C.G.I.: la infancia es muy bonita cuando es buena. Lo bueno es ir viviendo tu infancia poco a poco, después la juventud…. Cada etapa tiene su cosa. Influye mucho la ayuda de la familia, depende de la educación…
M.R.: Tiene razón Rosa Montero, es así la realidad. Cuanto mayor te haces, más regresas a todo lo que viviste.
P.M.H.: La frase que más ha llamado mi atención es “crecemos como bonsáis”. Mi experiencia, la vivencia de mi infancia me hizo sentir así. La imperiosa necesidad de encajar en unos moldes…
P.M.R.: Yo no he tenido niñez. A mi padre le mataron y mi m adre tuvo que irse a Madrid. Mi padre antes de morir le pidió a su hermano que se casara con mi madre y cuidara de nosotros. Y así lo hicieron. Después como yo era la mayor, cuando mi madre enfermó, tuve que cuidar de ella hasta que me casé. No he tenido infancia.
Del segundo, remarcamos dos frases:
“La vida real, la más verdadera y más profunda, está hecha de estas pequeñas banalidades”
“El amor consiste en encontrar a alguien con quien compartir las rarezas”.
P.M.H.: son los pequeños mimos los que mandan el mensaje de cariño, de atención. Es, por ejemplo, cuando en el comedor te presentan la comida de la forma en que te gusta, cuando la encargada de la limpieza de tu habitación te ayuda con pequeñas cosas que sabe que tú no puedes hacer…
Estamos disfrutando muchísimo con esta lectura, os invitamos a que leáis el libro
