Después de un tiempo de ausencia en el blog, por motivos ajenos a nuestra voluntad, poco a poco vamos retomando nuestra actividad.
Hoy en el club de lectura, en el que llevamos ya varias semanas hablando del rol de la mujer a lo largo de la historia, hemos hecho un pequeño inciso para hablar de un tema de total actualidad: las mujeres afganas.
Estas semanas atrás comentábamos en el taller de orientación a la realidad la horrible situación que se estaba viviendo en Kabul, y la repercusión que tenía para todos sus ciudadanos, en especial para las mujeres y los niños.
Guiándonos por la RAWA, asociación afgana, hemos recogido algunas de las restricciones que han sufrido y sufren con el régimen talibán dichas mujeres: prohibición de acceder al trabajo, salir sólo acompañadas por su mahram, atención médica precaria, educación vetada, prohibición de exhibir alguna parte de su cuerpo en público, prohibición del uso de productos cosméticos, prohibido reír en público, veto del acceso al deporte, prohibición de ser vistas en público…
La sensación general que ha producido dicha información es de absoluto hastío: “retroceso absoluto de lo poco que habían avanzado”, “a nivel mundial y de intervención, ¿de verdad que no se puede hacer nada?”, “esta gente es muy difícil de convencer”, han sido algunos de los comentarios más representativos.
