Nº4: ADIÓS QUEJA, ADIÓS

Os tengo que confesar que no recuerdo haberme detenido en profundizar en esta actitud -la queja-. Me ha sorprendido lo arraigada que la tenemos. Con qué facilidad cargamos las culpas, de lo que sea, a otra persona, al tiempo, a la suerte, … de esta manera dejamos el camino bien despejado para justificarnos, para no responsabilizarnos de nuestras vidas, para no vivir -lo que es-.

Tendemos a dar por sentado que merecemos una vida diferente y no comprendemos que a todos nos han tocado en suerte nuestra parcela de desgracias. Esto nos dificulta el valorar y mostrar gratitud por lo que ya poseemos y nos impide disfrutar del presente.

La persona quejica no es capaz de liberarse de lo que fue, ni de aceptar lo que es.

Quejarse es una actitud que bloquea el desarrollo espiritual y psicológico.

 

SUGERENCIAS PARA NEUTRALIZAR LA QUEJA:

 

-Desterrar las lamentaciones. Expresar dolor no es lamentarse. Tampoco lo es el contar nuestras dificultades a las personas que necesitan y quieren saber lo que nos ocurre, pero sin aburrir con un relato detallado.

– Hacernos conscientes de que nuestros problemas, dificultades… no son el centro del universo.

– Tener en cuenta que la queja puede llevar una intención de manipulación para conseguir lo que deseamos y no nos ofrecen de buen grado.

-Responsabilizarnos de cómo decidimos vivir nuestra vida. Aunque en muchas ocasiones no podemos cambiar las circunstancias, sí podemos elegir cómo afrontarlas. Mantener una actitud abierta y positiva nos permitirá gestionarlas de la mejor forma posible.

– El cambio comienza mediante la introspección: ¿Nos compadecemos de nosotros mismos? ¿Hemos caído en ese estado de resentimiento en el cual vamos repitiendo “pobrecito de mí”? ¿Has perdido tu razón de ser? ¿Reflexionamos sobre el por qué permitimos que nos suceda lo que provoca nuestra queja? “A cada uno le hacen lo que se deja hacer”.

 

Bibliografía:

– Bolen, Jean Shinoda. Las brujas no se quejan. Kairós. 2004

– Benito, Carmen. No somos víctimas de nadie, sólo de nosotros mismos. Revista Espacio Humano nº237

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